No es el mejor día para presentar una renuncia. La gestión del presidente Mauricio Macri está a punto de cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI); la Argentina está paralizada por una protesta de las principales centrales sindicales y el mercado aún no abrió. El trader, amigo personal del jefe de Estado, le puso punto final a su gestión, en medio de rumores acerca de "visiones diferentes en el manejo cambiario". Es el segundo eslabón de una cadena de renuncias que arrancó con Federico Sturzenegger, que dejó el cargo a mediados de junio pasado.
¿Qué puede pasar?
La primera reacción es la del mercado. Es probable que el dólar vuelva a apreciarse en medio de la incertidumbre que una dimisión genera, más tratándose de uno de los principales escuderos de Macri. Esta decisión le agrega volatilidad a un mercado sensibilizado.
La batería de nombres de reemplazantes es amplia: se menciona a Carlos Melconian, a Alfonso Prat-Gay y a Gustavo Cañonero (actual vice del Central). Pero Guido Sandleris, el número dos del ministerio de Hacienda, que conduce Nicolás Dujovne, era el que corría con ventaja para asumir esta misma tarde.
A nivel externo, los bonos argentinos que cotizan en Nueva York pueden continuar en terreno negativo, hasta tanto se conozca si el Poder Ejecutivo tiene un nuevo plan para anunciar o, en definitiva, hasta conocer los alcances del posible nuevo acuerdo de la Argentina con el FMI. Otro factor a tener en cuenta es el comportamiento del riesgo país que, en las últimas jornadas, había mostrado signos de reducción. Ayer había subido a 610 puntos básicos, luego de haber mejorado hasta por debajo de los 590 unidades el viernes pasado.
La economía ya venía golpeada, con caídas en la actividad industrial y escasa inversión. La salida de Caputo le agrega más ruido a un trimestre en el que la Argentina puede confirmar su recesión.